sábado, 5 de diciembre de 2009

Simón Rodríguez, psicoterapeuta del Libertador por Eloy Reverón


Moisés Feldman, psiquiatra que dedicó gran parte de su vida al estudio de la psicología de los próceres de la Independencia. Presentó su estudio “Simón Rodríguez como Psicoterapeuta del Libertador” con motivo a celebrarse ese año de 1971, el bicentenario del nacimiento del filósofo caraqueño. Fue presentado en la Sociedad Venezolana de Psiquiatría y publicado en su libro: Las crisis psicológicas de Simón Bolívar, publicado siete años más tarde, por la editorial Nuestra Psiquiatría.
Dicha publicación obedecía a un proyecto emprendido por Luis Razetti en 1915 destinado estudiar desde el punto de vista médico psiquiátrico de la personalidad, ideas y conducta de Simón Bolívar; y corresponde a la presentación de cuatro estudios, que desde 1961, presentó en sucesivos congresos de psiquiatría motivado por “la angustia bolivariana, denominador común del alma venezolana, …, (Feldman: 1978)
En el primero de los ensayos (en orden cronológico) elabora un resumen de los estudios psicológicos sobre Simón Bolívar, elaborados hasta 1961. En el segundo se ocupó de las influencias psíquicas y morales en la evolución de la última enfermedad del Libertador, publicado en el número 25, 1963, de la Revista de la Soc Ven de Historia de la Medicina; el tercero estudió a Simón Rodríguez como psicoterapeuta del Libertador de las crisis de la infancia y adolescencia, presentado en 1974.
Advierte el autor que antaño, después de piaches, brujos y líderes religiosos, los maestros y los filósofos funcionaron como precursores de los psicoterapeutas. Lo interesante de Feldman es que ofrece una visión, mucho más amplia de lo que podría ser un estudio histórico tradicional, y que no solo reconoce lo resbaloso del terreno de la historia para hacer estudios psiquiátricos, sino que al exponer la utilidad de los ingredientes psicoterapéuticos que existen en el curso de la vida y de la historia, advierte el peligro de alienarla si se queda como un reducto de especialistas y técnicos.
Continúa situando al lector en el tema de las crisis psicológicas, en las cuales Rodríguez se portó con Bolívar como los buenos filósofos de antaño, lo atendió durante aquellas encrucijadas de su vida que pudieron decidir para el futuro de su salud mental. En este sentido Rodríguez jugó un papel crucial por su rol terapéutico, quién además de este papel resulta un personaje de múltiple interés psicológico, pero resaltando que no por la fama de loco que la historiografía anecdótica había cultivado y que la psiquiatría ya contaba con argumentos para desecharla. Exalta el conocimiento poético de Aquiles Nazoa cuando calificó al filósofo como picassiano: siempre muchacho, mas no enmuchachecido, por la bondad de amigos, peludo y en chancletas por necesidad y no por pose; … demonio de la educación y trotamundos sin pizca de vergüenza.” Elogia Feldman la manera como Don Aquiles pintó la libertad, la originalidad y la desalienación que lo caracterizaba como contribución a su fama de loco. Le agregaría que el descalificativo le venía porque su saber era una amenaza para los poderes establecidos.
Nos presenta el psiquiatra una dosis de las ideas y personalidad de Rodríguez que nos permiten entender cómo pudo actuar como psicoterapeuta del Libertador. Halaga los diagnósticos que Rodríguez captó de la situación americana y europea en sus puntos clave y en términos crudos señala fallas y adelanta correcciones: “También su comprensión de la dramática crisis de Bolívar a los 12 años fue clara y profunda y su intervención fue efectiva, oportuna y salvadora.”
En el taller Mirandiano de Apreciación histórica hemos tenido oportunidad de discutir el sentido pedagógico de Simón Rodríguez. En los textos desarrollados para el Taller hemos dedicado un capítulo a la obra de este notable filósofo nuestroamericano cuyos testimonios lo revelan como uno de los hombres despiertos que dejaron testimonio escrito de la realidad de su tiempo y del nuestro.

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